Juguetería a dos bastidores - sesión 4
- gimenaromeroartist

- 30 nov 2023
- 2 Min. de lectura
Ahora un cuento que susurró esta parte del bordado. Tal vez tú también estás bordando a Valentina y aún no lo sabes.

El Bordado de la muñeca
En un pequeño taller de juguetes en el corazón de un pintoresco pueblo invernal, vivía una anciana llamada Doña Isabella, conocida por sus habilidades extraordinarias en el bordado. La víspera de Navidad, Doña Isabella decidió crear una muñeca especial para celebrar la ocasión.
Con aguja en mano, hilos de colores brillantes y un toque de magia, Doña Isabella bordó una muñeca única llamada Valentina. Cada puntada estaba impregnada de cariño y magia navideña. El vestido de Valentina estaba decorado con patrones encantadores que parecían cobrar vida a medida que Doña Isabella tejía su arte.
La noche antes de Navidad, Doña Isabella dejó a Valentina en la ventana del taller. Mientras el reloj marcaba la medianoche, una luz suave envolvió la muñeca, y Valentina cobró vida. Su vestido bordado brillaba con destellos mágicos.
Valentina, emocionada por su nueva existencia, decidió explorar el mundo mágico que la rodeaba. Con cada paso, dejaba un rastro de chispas de colores que iluminaban el suelo cubierto de nieve. Pronto, llegó a una casa donde vivía una niña llamada Elena.
Elena, al ver a Valentina, no podía contener su asombro. La muñeca la invitó a un viaje mágico por el taller de juguetes de Doña Isabella. Juntas, recorrieron estanterías llenas de osos de peluche y trenes de juguete, todos decorados con el bordado mágico de la anciana.
A medida que Valentina y Elena exploraban, la magia se esparcía por la casa, llenando cada rincón con una sensación cálida y acogedora. Después de una noche llena de aventuras, Valentina regresó a la ventana del taller.
A la mañana siguiente, Elena encontró a Valentina en su cama, con un pequeño regalo bordado en sus manos. Era un recordatorio de la magia de la Navidad y del arte especial de Doña Isabella.
Desde entonces, cada año, Valentina cobraba vida en la víspera de Navidad, llevando consigo el bordado mágico y compartiendo la alegría de la temporada. El taller de juguetes de Doña Isabella se convirtió en un lugar lleno de risas y maravillas, recordándonos que el arte y la magia se entrelazan de maneras inesperadas durante la época navideña.






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