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El Centro está en todas partes

Los símbolos y los glifos siempre me han provocado una fascinación especial. Especialmente los glifos astrológicos, porque al igual que la poesía, cada glifo tiene capas de significado que no son inmediatamente obvias para el lector. Si observas detenidamente y leyendo algo de historia de la astrología, puedes descifrar el código encerrado dentro de cada uno.



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Pero primero, un poco de trasfondo del arte de la astrología me parece apropiado. Los historiadores señalan que la cuna de la astrología estuvo en Mesopotamia, iniciada en Babilonia por los caldeos, hace 2500 años. En aquellos días, los antiguos conocían únicamente la Luna, el Sol y cinco planetas: Marte, Mercurio, Venus, Júpiter, Saturno y se pensaba también entonces (obvio) que la Tierra era el centro del Universo (un pensamiento bastante Leonino, de hecho).


Los glifos astrológicos de estos cuerpos celestes, símbolos tipográficos que representan a cada uno, son muy parecidos hoy a como lo eran en la antigüedad. Cuando observo una carta natal antigua que se muestra en un texto, puedo leer fácilmente el gráfico desde mi casa, en mi estudio desde lo que hoy es mi bulliciosa Ciudad de México. Esto sucede porque el Universo habla en símbolos, que a diferencia del idioma, es atemporal. Hacerlo me transporta en el tiempo y el lugar, e imagino a los primeros astrólogos, calculando cartas, usando tinta negra sobre pergamino, trabajando a la luz de las velas. Por supuesto, en ese entonces, los planetas exteriores de Urano, Neptuno y Plutón aún no habían sido descubiertos.


Siglos más tarde, cuando eso sucedió, la comunidad astrológica se reunió para debatir la parte de la vida que debería gobernar ese planeta en particular, y qué glifo debería de crearse para ajustarse mejor a la esencia del nuevo planeta. Los astrólogos también tenían que decidir qué signo gobernaría el planeta, y todo esto se decidió mediante el debate, el análisis y la interpretación simbólica de la comunidad astrológica de finales de S. XVIII.


A medida que avanzas a través de los símbolos astrológicos, míralos detenidamente. Permítete tocarlos con asombro onírico. Si lo haces, experimentarás una parte pequeña pero significativa del mundo antiguo y comenzarás a comprender el pensamiento de aquellos primeros sabios astrólogos. La parte mágica de todos los símbolos es que hablan un idioma universal, por lo que puede asignar su propio significado personal a los glifos, íconos y símbolos obtenidos desde tu propia perspectiva y experiencias con la astrología. El aprender a leerlos, es aprender a leerte.

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