por Gimena Romero

El deshilado se podría pensar como una técnica de antibordado, es una danza entre el hilo y el aire. Una técnica adoptada en diferentes culturas a través de diferentes enfoques que nos invita a bordar no solo lo que se ve, sino también lo que se ausenta.

A partir de una cuadrícula perfecta —una tela de trama pareja— crearemos estructuras con puntadas satinadas que resguardan espacios. Luego, con precisión amorosa, cortamos y retiramos algunos hilos de la tela. Lo que queda es un vacío sostenido, un respiro en el tejido, que convertimos en belleza mediante delicados puntos de calado: festones, barras envueltas, cruces y telarañas que flotan sobre el silencio.

Este taller es una invitación a encontrar el equilibrio entre la firmeza y la entrega, entre la estructura y la transparencia. A través de este acercamiento a la técnica, creamos contención creativa a través del ritmo, la geometría y la intuición. Cada puntada delimita, sostiene y celebra el espacio que se abre.

No necesitas experiencia previa, sólo el deseo de habitar el hilo y dejar que el bordado transforme el vacío en presencia.